Durante los últimos años llevamos viendo en la Comunidad de Madrid un decrecimiento del tejido asociativo debido en su mayoría a la gran desafección hacia las formas tradicionales de participación social en favor de grupos informales y una menor dotación de recursos económicos, técnicos y de espacios por parte de las administraciones públicas, tanto autonómica como municipales.
El contexto sociosanitario en el que nos encontramos requiere de un tejido asociativo fuerte que contribuya al bienestar de la juventud madrileña, luchando porque se hagan efectivos derechos como el de la participación, educación de calidad, vivienda o empleo entre otros. La juventud continúa siendo uno de los sectores de la población más vulnerables, a pesar de la labor que realizan este tipo de entidades, y es por ello por lo que es esencial visibilizar la labor que las asociaciones juveniles desempeñan en nuestra región y dar respuesta a la difícil situación en la que se encuentran para el desarrollo de sus actividades sin espacios, recursos económicos y con una incertidumbre que supone una barrera más en su trabajo diario.
El primer punto del artículo 23 de la Ley 8/2002, de 27 de noviembre, de la juventud de la Comunidad de Madrid recoge que la administración autonómica concederá, para el impulso del asociacionismo, subvenciones para actividades, equipamiento y formación. No obstante, dichas subvenciones a las que pueden optar siguen siendo limitadas, difusas e inestables, lo que hace complejo dar continuidad y desarrollar acciones y objetivos que aseguren la estabilidad y perdurabilidad de estos y, así, la mejora y progreso de la juventud madrileña. A esto se le suman los complejos procesos burocráticos que impiden que las pequeñas y medianas entidades puedan acceder a estos recursos en igualdad de oportunidades.
El Consejero de Educación ya manifestó la labor positiva que realizan las entidades sociales en la Comisión de Juventud de la Asamblea de Madrid del pasado 11 de noviembre de 2019, entendiendo desde el CJCM que esta manifestación de la labor positiva de las entidades debe ir ligada a apostar y reconocer la labor que hacen este tipo de entidades dentro de su territorio, y para ello es necesario favorecer su estabilidad y desarrollo. Sin embargo, si hacemos un repaso de los presupuestos destinados a subvenciones para entidades de educación no formal, entidades sociales y población joven de los últimos años, podemos encontrarnos con un elevado decrecimiento llegando en algunos años (2018) a no publicar ninguna subvención de ayuda a entidades
Estas subvenciones destinadas a la población joven, en su mayoría, se centran en el desarrollo de proyectos por parte de las entidades, dejando desatendidas otras necesidades como la de disponer de locales donde desarrollar los mismos, contribuyendo así a mantener la inseguridad e inestabilidad de estas entidades, que cada día se enfrentan a situaciones más precarias, vislumbrando su desaparición.
Por otro lado, encontramos que la situación de los Consejos de la Juventud locales es especialmente problemática. El artículo 48 de la constitución recoge que “los poderes públicos promoverán la participación libre y eficaz de la juventud en su desarrollo político, económico, social y cultural” siendo los consejos de la juventud el principal mecanismo de participación juvenil para el cumplimiento de este mandato constitucional. Sin embargo, en nuestra región los consejos de la juventud locales no cuentan con una forma jurídica que de amparo a su labor ni cuentan con los recursos necesarios para su buen desarrollo, llevando a la casi extinción de estas entidades en los diferentes municipios de la comunidad. Trabajar por la promoción, cuidado y fortalecimiento de los consejos locales debe ser un imperativo prioritario para la administración autonómica y local entendiendo su labor y diferenciándolos del resto de entidades juveniles.
Por todo ello, desde el CJCM instamos a la administración autonómica y municipal, lo siguiente.
Respecto a los apoyos económicos destinados a las entidades juveniles:
- Incrementar la línea presupuestaria destinada a subvenciones dirigidas a entidades juveniles y entidades prestadoras de servicios a la juventud, así como el aumento de la financiación de otras actividades y programas específicos de las entidades llegando, como mínimo, a las cuantías previas a la crisis económica del 2008, prestando especial atención a las entidades que trabajen con colectivos más vulnerables dentro de la juventud madrileña.
- Incrementar la financiación dirigida a proyectos de juventud con cargo a la asignación tributaria del IRPF
- Asegurar el mantenimiento de las subvenciones dedicadas a las entidades sociales y, especialmente, a la juventud madrileña.
- Implementar subvenciones destinadas al fortalecimiento de las estructuras asociativas tras el deterioro durante la crisis sociosanitaria.
En cuanto a la disponibilidad de locales donde desarrollar sus actividades, el CJCM propone:
- Generar una bolsa pública de locales para asociaciones juveniles, cuya adjudicación se hiciera previa valoración de una comisión en la que estuviera integrado el CJCM. Además, impulsar los ‘hoteles y viveros de asociaciones’ como instrumento paliativo a la falta de recursos de las asociaciones para su gestión diaria y sus carencias de espacios para sus sedes.
- Apoyar a las entidades juveniles públicamente con infraestructuras para asociaciones, especialmente aquellas más necesitadas, con criterios objetivos y temporales.
- La creación de centros sociales gestionados o cogestionados por los consejos locales de juventud, el CJCM o los diferentes movimientos juveniles organizados. Estos centros deben servir para desarrollar multitud de actividades políticas, sociales, culturales o de ocio además de servir de punto de información y de encuentro de la juventud.
En cuanto al papel de los Consejos de la juventud locales instamos a:
- Implementar un cambio legislativo que otorgue a los consejos de la juventud locales o comarcales una identidad pública de base privada siendo reconocidos por la Comunidad de Madrid y los municipios que se vean involucrados.
- Establecer subvenciones nominativas dirigidas a todos los consejos de la juventud locales garantizando su subsistencia y su buen desarrollo orgánico.
- Elaborar un plan autonómico de promoción de consejos de la juventud locales o comarcales implicando al tejido asociativo, a los profesionales de juventud, la administración autonómica y municipales y la Federación madrileña de municipios.
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